En los valles y laderas de la sierra peruana, donde el clima templado-frío marca las estaciones con precisión natural, brota uno de los cultivos más nobles y antiguos de la región: la arveja. Conocida también como ch’iwa o uchu patata en ciertas zonas altoandinas, esta leguminosa no solo alimenta, sino que también enriquece el suelo y sostiene economías familiares. Sembrar arvejas en los Andes es continuar una práctica silenciosa pero profundamente sabia que entrelaza nutrición, sostenibilidad y cultura.

1. Importancia nutricional y cultural de la arveja andina
Según investigaciones del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y estudios de la Universidad Nacional Agraria La Molina, la arveja es una fuente relevante de:
- Proteína vegetal (hasta 25 %)
- Vitaminas A, B1, B6 y C
- Fibra dietética y antioxidantes
- Minerales como hierro, zinc y fósforo
Además, su rol en la agricultura tradicional es clave por su capacidad de fijar nitrógeno al suelo, mejorando naturalmente la fertilidad. En la cultura campesina, su presencia es símbolo de renovación, y sus vainas verdes adornan las mesas durante celebraciones agrícolas.

2. Requisitos agroecológicos para sembrar arvejas
Altitud y clima
- Ideal entre 2,300 y 3,600 m s.n.m.
- Clima fresco y seco, con temperaturas entre 10°C y 20°C
- Tolera ligeras heladas, pero requiere protección ante lluvias intensas en la floración
Suelos óptimos
- Prefiere suelos franco-limosos, bien drenados y ricos en materia orgánica
- El pH óptimo es 6.0 a 7.5
- Sensible a suelos compactados o salinos

3. Preparación del terreno y abono natural
- Rotación de cultivos
- Se recomienda sembrar arvejas después de papa o cebada, nunca de otra leguminosa, para evitar agotamiento del suelo.
- Favorece suelos reposados o con abonos verdes previos (lupino, trébol, tarwi).
- Labranza y abonamiento
- Se realiza una labranza ligera, sin voltear en exceso la capa superficial.
- Abonos sugeridos: guano de corral, compost casero o humus de lombriz.
- Técnicas tradicionales
- En algunas comunidades se bendicen las semillas con hojas de k’intu y se siembran según el calendario lunar.
4. Selección de semillas y época de siembra
Variedades nativas
- Las más cultivadas en Perú: arveja serrana, verde clara, pallay arveja.
- Se recomienda usar semillas de ciclo corto (90-110 días) y resistentes a enfermedades.

Época de siembra
- En la Sierra central: octubre a diciembre
- En la Sierra sur: noviembre a enero
- Se debe evitar siembras tardías para no afectar la floración con lluvias fuertes
5. Métodos de siembra y cuidados culturales
Forma de siembra
- Se puede sembrar en surcos o golpes.
- Distancia: 30-40 cm entre plantas y 60 cm entre surcos
- Se recomienda sembrar de 2 a 3 semillas por golpe, a una profundidad de 3-5 cm
Tutorado
- Las variedades trepadoras necesitan soporte con estacas o ramas cruzadas
- El tutorado mejora la aireación, reduce enfermedades y facilita la cosecha
Riego y deshierbe
- En secano: depender de lluvias bien distribuidas
- En riego: cada 12 a 15 días, evitando encharcamientos
- Deshierbe manual a los 25 y 45 días después de la siembra

6. Plagas, enfermedades y control natural
Plagas comunes
- Gorgojo de la arveja
- Pulgón verde
- Minador de hoja
Enfermedades frecuentes
- Mildeo polvoso
- Roya
- Fusariosis
Control ecológico
- Aplicación de extracto de ajo y ají
- Uso de ceniza en la base del tallo
- Rotación estricta para evitar acumulación de patógenos

7. Cosecha y postcosecha tradicional
Cosecha
- Se realiza a los 90-110 días, cuando las vainas están llenas pero aún tiernas si se busca consumo fresco.
- Para secado, esperar a que las vainas maduren completamente y cambien de color.
Postcosecha
- Desgrane manual o con zarandas tradicionales
- Secado al sol sobre mantas
- Almacenamiento en costales de yute, en lugares secos y ventilados

8. Curiosidades sobre las arvejas en los Andes
- En muchos pueblos del Cusco y Huancavelica, la primera cosecha de arvejas se guarda para «pago a la tierra» en agradecimiento por la producción.
- En algunas zonas, se cree que si la planta de arveja florece en luna llena, el año será especialmente fértil.
- Las arvejas se usan en ofrendas rituales mezcladas con maíz, habas y quinua, formando una “mesa agrícola” simbólica.
9. Recomendaciones para agricultores rurales y urbanos
- Evitar el uso excesivo de pesticidas y preferir control biológico o extractos naturales.
- En huertos urbanos: sembrar en maceteros grandes o jardineras profundas, con tutores de bambú o madera reciclada.
- Participar en programas de recuperación de semillas nativas promovidos por el INIA o asociaciones campesinas.

Sembrar arvejas es más que cultivar un alimento: es un acto de continuidad cultural, de respeto por la tierra y de resiliencia agrícola. En cada vaina verde se guarda la memoria de nuestros abuelos, la fertilidad de los suelos y la sabiduría de quienes han cultivado la vida durante siglos.
Promover su siembra, ya sea en un campo altoandino o en una terraza urbana, es contribuir a la soberanía alimentaria y a una herencia que no debe olvidarse.
