Agricultura Andina: Cómo Sembrar Habas, Legado Verde de los Andes

Las habas (Vicia faba L.), conocidas en muchos pueblos del Perú como sara t’ika o pallalla, han sido cultivadas desde tiempos preincaicos en los fértiles suelos altoandinos. Este cultivo, que crece en alturas donde pocos alimentos prosperan, representa no solo una fuente vital de proteína vegetal, sino también una expresión de la sabiduría agrícola ancestral. Sembrar habas no es solo una práctica agronómica: es una manera de resistir el olvido, cuidar el suelo y alimentar el alma.


1. Historia y valor nutricional de las habas

Estudios de la Universidad Nacional Agraria La Molina y el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) señalan que las habas eran parte central del sistema agrícola andino, complementando cultivos como la papa, quinua y cebada. Su importancia radica en que fijan nitrógeno al suelo, mejoran la fertilidad y se adaptan a condiciones climáticas adversas.

Las habas son ricas en:

  • Proteínas vegetales (20-30 %)
  • Fibra dietética
  • Vitaminas del complejo B
  • Hierro, zinc y magnesio

Además, son clave en la alimentación tradicional campesina, en platos como la sopa de habas verdes, el picante de habas o simplemente tostadas y molidas como harina para panes rurales.


2. Requerimientos agroecológicos para sembrar habas

Altitud y clima

  • Óptimo entre los 2,500 y 3,800 m s.n.m.
  • Tolera bajas temperaturas, incluso heladas ligeras, pero no exceso de calor.
  • Se adapta a climas templado-fríos con temperaturas entre 8°C y 18°C.

Suelos ideales

  • Prefiere suelos francos o franco-arenosos, bien drenados y profundos.
  • Evitar suelos encharcados.
  • El pH ideal oscila entre 6 y 7.5.

3. Preparación del terreno con enfoque andino

  1. Rotación de cultivos
    • Se recomienda sembrar habas después de cultivos exigentes como papas o maíz, para recuperar nutrientes en el suelo.
    • En el sistema tradicional de chakras, las habas se siembran junto con cebada, o como barreras vivas contra el viento.
  2. Limpieza y labranza
    • El terreno debe ser desmalezado manualmente y labrado superficialmente.
    • Se usan técnicas como la chaquitaclla (arado tradicional) o herramientas modernas de mínima labranza.
  3. Abono
    • Se fertiliza con guano de corral, compost o restos vegetales.
    • El uso de productos agroquímicos puede deteriorar la biodiversidad microbiana del suelo.

4. Selección de semillas y época de siembra

Semillas locales

  • Las variedades andinas tienen mejor adaptación. Algunas incluyen haba canaria, haba blanca serrana, haba negra y haba chola.
  • Se recomienda guardar las mejores semillas del ciclo anterior: las más grandes, sanas y libres de hongos.

Época de siembra

  • En la Sierra central y sur, se siembran entre setiembre y noviembre, aprovechando las lluvias tempranas.
  • En zonas más frías, se prefiere noviembre a diciembre.

5. Técnicas de siembra y cuidados culturales

Método

  • Se siembran 2-3 semillas por golpe a una profundidad de 4 a 6 cm, con distancias de 40 cm entre plantas y 60 cm entre hileras.

Riego

  • En zonas de secano, se aprovechan las lluvias. En otros contextos, se usa riego por gravedad cada 15 días.

Deshierbe y aporque

  • El deshierbe debe hacerse cada 20 días.
  • El aporque fortalece el tallo y evita que se vuelque con el viento.

Control de plagas

  • Plagas comunes: gorgojos, pulgones y hongos como mildiu.
  • Se recomienda el uso de preparados naturales: extracto de ajo, infusión de ruda y ceniza.

6. Cosecha y postcosecha

Cosecha

  • Se realiza 120 a 150 días después de la siembra, cuando las vainas están secas y los granos duros.
  • Se corta la planta entera y se seca bajo sombra durante varios días.

Postcosecha

  • Se desgrana manualmente y se seleccionan los granos más sanos para semilla.
  • Se almacenan en costales de yute o mates, protegidos de humedad y plagas.

7. Curiosidades andinas sobre las habas

  • En algunas comunidades de Cusco y Puno, se usan habas para predicciones agrícolas: se lanzan al suelo para “leer” si habrá buena cosecha.
  • En fiestas como el Carnaval Andino, las habas se mezclan en comidas festivas como símbolo de fertilidad y abundancia.
  • Existen más de 40 variedades nativas de habas en Perú, muchas en peligro de desaparecer por el monocultivo.

8. Recomendaciones para agricultores rurales y urbanos

  • Participar en ferias agroecológicas y programas de bancos de semillas nativas.
  • Combinar las habas con cultivos intercalados como maíz o arvejas para mayor biodiversidad.
  • Incorporar abonos verdes como lupino o tarwi antes de la siembra.
  • Siembra urbana: cultivar habas en macetas grandes o camas elevadas, en terrazas o patios, con buen drenaje y exposición solar.

Sembrar habas en los Andes no es solo preservar una leguminosa nutritiva, sino también sembrar memoria y sostenibilidad. Es sostener un ciclo de reciprocidad con la tierra y continuar una tradición agrícola que ha alimentado a generaciones enteras. En cada vaina hay una lección de resiliencia, comunidad y equilibrio natural. Hoy, más que nunca, volver a cultivar habas es un acto de futuro.

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